La felicidad de la vida (lo que resta de ella) para los ancianos, consiste en obrar correctamente para estar en paz. Es desde este punto de vista que ya en la recta final y sin muchas oportunidades de poder enmendar los males que se han causado, cuando surge el miedo de cuál será nuestro paradero al morir. En medio de nuestro miedo, nos planteamos la pregunta de si hemos sido justos o no. La justicia se torna en nuestro principal temor. Así es como muchos quieren pagar todas las que deben, con Dios, con los amigos, con los familiares, etc.
¿Somos justos o no? Si la justicia es tan importante, debemos tratar de llevarnos sujetos a ella por nuestro caminar en la vida. Independientemente de nuestra situación económica durante la vejez, si hemos sido justos la mayor parte de nuestra vida, menor será nuestra deuda. Nuestra justicia consiste entonces en “dar a cada cual lo que se le debe”. De que estemos razonando correctamente o no al definir justicia con esas precisas palabras es motivo de meditación.
La justicia de un anciano es “dar a cada cual lo que se le debe”, pero el concepto de justicia no es subjetivo, así que la justicia no es de nadie (individual) sino para todos. Además probamos que no se puede afirmar de ésta manera porque hay cosas que son propias de una persona, que las puede tener otra persona y que en un determinado momento en que se le pide de vuelta, sería perjudicial para esa persona a la que se le debe, pagarle su deuda. Entonces justicia no es dar lo que se le debe a cada cual.
El pensamiento anterior nos lleva a afirmar que sólo obraríamos de esta forma si esa persona fuese un amigo, porque tendemos a hacer bien a nuestros seres queridos. Así, la justicia sería favorecer a nuestros amigos. Pero, y ¿qué si esa persona es nuestro enemigo? ¿Obraríamos de otra manera? Muchas veces es cierto que procuramos el mal a nuestros enemigos. Entonces, justicia es acaso ¿”favorecer a nuestros amigos y perjudicar a nuestros enemigos”?
Amigo es un ser querido. Eso es lo único cierto, ya que dependiendo de nuestros juicios le agregaríamos más condiciones a lo que es un amigo. Tendemos a amar a esos seres que de alguna forma son afines a nuestros pensamientos o sentimientos. Aquello que es semejante a nosotros no puede ser malo, claro, en nuestro pensar. “Amamos a quienes creemos buenos”. Si nuestros amigos son los buenos, entonces nuestros enemigos son los malos, ¿o no?
Si creemos firmemente que la justicia es “favorecer a nuestro amigos y perjudicar a nuestros enemigos”, erramos. Si nacemos en este planeta es porque tenemos derecho a existir y ser. Los hombres, aún si son nuestros enemigos, tienen derecho a ser como ellos crean y existir. También tienen derecho a pensar como ellos quieran y sentir. Por ello, si no son afines a nuestros pensamientos y sentimientos están en su derecho. Así que perjudicar a aquellos que creamos nuestros enemigos no forma parte de la justicia, sino de la injusticia.
No podemos decir quiénes son justos o no, y que no es justicia sin antes saber lo que sí es. Justicia consiste en dar a cada quien lo que merece realmente, atendiendo a su palabra, obra u/y omisión. Por eso no es dar a cada quien lo que se le debe, ni hacer mal a sus enemigos y bien a sus amigos. Mucho menos es justicia lo que es provechoso al más fuerte. Y las personas pobres en el mundo a quienes le recaen calamidades que no merecen, no gozan de justicia sino que sufren con injusticias, y por ello sufren.
“La justicia no consiste en hacer daño a nadie” porque mal, no le debemos a nadie. El mal no es una deuda que debe ser pagada por aquellos a los que se le ha atribuido con la misma. El mal engendra el mal. Y esto último quiere decir que si obramos en perjuicio de una persona porque la misma nos ha hecho mal, solo recibiremos mal.
La justicia jamás busca hacer justicia mediante la injusticia. Así como no conseguiríamos nunca nadar caminando en el agua, ni calentarnos acercándonos a cosas frías. Por eso al hacer mal a quienes consideramos enemigos, nos hacemos personas injustas, porque recordemos que el mal engendra el mal. Injustos son aquellos que hacen mal sin considerar lo que hacen y aún considerándolo. Injusticia es recibir lo que no merecemos y por lo tanto ser injustos es dar lo que no es merecido (recibir aquello que no merecemos, ya sean cosas buenas o malas).
¿Cómo el recibir cosas buenas es injusticia? Siempre y cuando no lo merezcamos lo es. Pero si una persona recibe un regalo bueno, cuando esa persona no ha hecho nada según el/ella para merecerlo, ¿es una injusticia en este caso? No, es justicia, aunque no lo crea. Es justicia porque ha pasado por alguna razón. Generalmente a los hombres que hacen bien, tarde o temprano se les recompensa, por justicia. Parecido a la ley del Karma en cuanto a las consecuencias de las acciones, pero justicia es un concepto aún más amplio.
¿Qué hay de que la justicia es útil para quien tiene la autoridad en sus manos? Quienes gobiernan y utilizan su autoridad para hacer justicia hacen el papel de súper jefes casi súper héroes. Las autoridades tienen el papel fundamental de administrar lo que se le ha dado a administrar de la manera más eficiente y mejor posible. Cuando una autoridad utiliza su poder para su provecho, se está dando a si mismo algo que no merece. Por ello cae en la injusticia.
También asociamos la justicia con el cumplimiento correcto de las leyes. Las leyes, recordemos, fueron creadas por los hombres para que rijan las sociedades y mantengan la armonía entre los seres humanos. Sucede y ha sucedido muchas veces, que hay leyes sin escribir y otras ya escritas que no son correctas, debido a que los seres humanos para empezar no lo somos tampoco. Por eso es que ha existido el racismo y la discriminación a la mujer por tanto tiempo. Había leyes que limitaban o violaban los derechos humanos de las personas negras y las mujeres y eso no quiere decir que quienes las cumplieran fueran personas justas.
Los derechos humanos son las pautas que toma la justicia para guiarse. La justicia respeta los derechos de los hombres y mujeres, por ello no es justo nada que vaya en contra de los derechos humanos que nos han sido otorgados al nacer. Justicia es la virtud de cumplir los derechos y respetarlos. Justicia es el balance perfecto entre lo que se da y lo que se recibe, es decir, justicia es dar algo y recibir lo que se merece por lo dado.
Así es como el símbolo de nuestra justicia es una mujer con una balanza en perfecta equidad o balance, teniendo una venda en sus ojos para cubrirlos, queriendo decir que justicia es equilibrio sin importar a quién se juzga, porque todos tenemos los mismos derechos.
(Ensayo que hice para mi clase de Filosofía, La Republica -Platón)
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